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sábado, 19 de enero de 2013

19/01


El teléfono suena.

En un primer momento fue una llamada como otra cualquiera pero lamentablemente horas después se convertiría en una única e irrepetible.
El teléfono suena y no lo oyes aunque crees haberlo oído cuando lo piensas detenidamente. Sueñas que se repite esa llamada y que algo no te deja descolgar y escuchar lo que hay al otro lado.

Lo peor de todo no es la incertidumbre de quien había al otro lado si no el saber quien llamó y no poder responder ni en ese momento ni en ningún otro. Por más que intentas imaginar la conversación que habría tenido lugar no lo consigues.

El teléfono sonó hace justo un año hoy y no contesté a la llamada. Ya no volvió a llamar más.




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